viernes, 5 de octubre de 2012

JORGE ARIEL MADRAZO ; Y SI AMOR NO TE AUXILIA, TU NOMBRE SERÁ ROTO

                                                       Mark Rothko, Naranja y Amarillo, 1956





¿ Cómo habitar, multiplicada y tensada hasta el mismo dolor que ama, la insistente pregunta por el tiempo? 

¿ Podremos nombrarnos en el claroscuro de los días sin el auxilio de aquel rayo que nos arrebata y perturba? Bailar sobre el abismo sin despeñarse, balbuceaba Zarathustra, mientras esparcía sus cenizas entre las montañas, y conversaba con sus amigos predicando el abandono y la distancia. Sostener ese cuerpo, tan otro, que navega en un movimiento infinito entre el yo y el tú, como una posible cartografía del amor que, ya se sabe, es algo a ser constantemente inventado. 

Temor y Temblor;  maravillosa tarea a la que nos convoca el poeta desde su tan jóven y palpitante soledad.


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ME decís: el Tiempo ha concluído
mas siempre desovilla
otro tiempo de
oro
otros ojos al final de la calle
la calle-decís- que no tiene fin

El Tiempo es alquimia con pies de
gaviota en hilos eléctricos dormita
su angustia  su impaciencia su lumbre
resurge y preguntás
cómo entender  ( si Tiempo ejerce dominio )
aquel rostro que así reaparece
a cada segundo con sus
signos su lluvia sus trémulos labios

elos te han besado con jugo tan íntimo
que Muerte no atina a borrarlos
y aquel cuerpo está en vos, y en vos se mueve
más que cualquier cuerpo que se diga "vivo"
y ello demuestra, amor, que es todo un claro líquido
y en su vientre navega
la cambiante eternidad.

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DECÍAS alma, decías corazón
y entonces echaría a traquetear
aquel carro con tamañas espigas
trigales. Y ordenó Cristo

a la aurora alumbrar, hallándola buena.
O sea: la música estaría en su
lugar, ese lugar que llamas "ser", aún
cuando tanto da llamarlo "luz" ninguno

conoce el uno ni la otra, sólo
son Formas, tibios vocablos palpitantes.
O bien son mera idea congelada
si elegís razonar tus entrañas, tu canto.

Tampoco es esto un poema. No creas
que yo soy alguien bautizado"yo",
acecha la locura con suavidad de tigre.
Y si Amor no te auxilia, tu nombre será roto.
Y deberás buscarlo en zócalos vacíos,
Y aquel que un día fuiste
disuelto será en sal.


De Ayer Decías Mañana
     Colección Iluminaciones
     Editorial Ruinas Circulares
     Primavera 2012